Las constelaciones familiares son una metodología de crecimiento personal y espiritual que se ha difundido en muchos países del mundo en las últimas tres décadas. Aunque surgieron y se desarrollaron en Alemania, gracias al trabajo de Bert Hellinger, quien siguió de cerca las prácticas tradicionales de una tribu zulú en Sudáfrica, hoy en día están arraigadas en muchos países europeos, como Francia, Italia y España, y lo que más nos interesa, también en Sudamérica y Bolivia.
Curiosamente, las constelaciones están en medio de una disputa entre quienes son firmes defensores de la práctica psicoterapéutica y aquellos que las consideran un fenómeno holístico que incluye una componente anímica y espiritual.
En el primer caso, a pesar de haber sido desarrolladas por un psicoterapeuta, han sido y siguen siendo objeto de fuertes críticas en cuanto a su eficacia, especialmente porque no se basan en supuestos científicos ampliamente demostrados. Además, quienes observan las constelaciones desde el punto de vista de las terapias más convencionales juzgan que sus prácticas son demasiado simplistas y apresuradas en relación con la complejidad de los problemas que ayudan a abordar.
Por otro lado, en el entorno «new age» gozan de un éxito que no parece detenerse e incluso están llegando al ámbito mainstream gracias a una serie de Netflix que ya cuenta con dos temporadas producidas. En este ámbito, a veces se ven como una herramienta casi “mágica” que permite sanaciones rápidas e inexplicables para cualquier tipo de problema, desde enfermedades hasta la escasez económica.
Como siempre, la verdad está en el medio y siempre debe estar respaldada por un conocimiento práctico y profundo del tema que estamos tratando. Por esta razón, me siento en la necesidad de hacer una serie de consideraciones para aportar claridad y ayudar a quienes se acercan por primera vez a estos temas a comprender algunos aspectos importantes:
Participar en una constelación significa tener la firme y decidida intención de “mirar dentro de uno mismo”. Nuestra psique puede definirse como un “sistema” que tiene sus aspectos positivos y sus sombras. Poner en escena una constelación significa representar nuestro propio sistema psíquico para poder verlo desde fuera. Naturalmente, dentro de nosotros tenemos muchas “voces” que encarnan diversas corrientes emocionales y mentales. Puede haber, por ejemplo, la ira, la frustración, la tristeza causada por la relación que tenemos con algunos familiares, parientes o simplemente personas que hemos encontrado en nuestro camino. Existen sentimientos de culpa, vergüenza, obsesiones que tal vez nunca hemos tenido el valor de admitir que tenemos. Hasta aquí, estamos hablando solo de lo que se puede encontrar en la superficie. En lo profundo de nuestra alma hay mucho más, ya que existe una parte de nuestra memoria que podemos definir como “implícita” y que hereda los traumas, pasiones, bloqueos y desafíos de quienes han estado en este planeta antes que nosotros. Entramos en el “inconsciente colectivo” cuando somos representantes en una constelación o cuando queremos trabajar una temática nuestra. Por eso, puede suceder que en una constelación redescubramos sensaciones que parece que experimentamos por primera vez, porque estamos trayendo a la superficie lo más profundo de nosotros. El primer aspecto que debemos aclarar es que, si deseas participar en una constelación, debes estar listo para entrar en contacto con el dolor y la alegría, con una intensidad que normalmente no percibes en la vida cotidiana.
Las relaciones humanas son complejas y no se pueden definir en términos simplistas como “bueno” o “malo”. Por eso, aunque reconozca el “bien” que mis padres me hicieron al darme la vida, también puedo sentir algunas emociones negativas debidas a circunstancias y dinámicas que se crearon con ellos y que me han limitado en algunas cosas. Durante las constelaciones se llega a una clarificación interior, permitiéndonos ver y dejar fluir la realidad de lo que hemos sentido. En una constelación puedo darme permiso para decir lo que siempre he reprimido, permitiendo que la realidad emerja tal como es. Naturalmente, este proceso se facilita por el hecho de que durante la representación hay una persona que me representa y que me ayuda a facilitar el proceso. Todo lo que veo (los movimientos de los representantes) y escucho decir a quienes están dentro de la constelación casi siempre es la explicitación y verbalización de lo que siempre he sentido, pero nunca he admitido a mí mismo. Existen varias teorías científicas que pueden proporcionar una base teórica y científica para este hecho (entre ellas, los campos morfogenéticos de Sheldrake), pero no creo que esto sea importante. Quien quiera experimentar una constelación no necesita una teoría; quien viene para criticar o “desafiar” al terapeuta está en busca de explicaciones para no tener que ver desde el corazón. El segundo aspecto a aclarar es que las constelaciones no te muestran lo que estás buscando confirmar, sino que revelan lo que siempre has tratado de ocultar. Por eso, exponen presionando al ego y benefician a nuestra alma, que está en constante búsqueda y anhelo de autenticidad.
La sanación interior es un camino que nunca termina; se puede decir tranquilamente que dura toda la vida. Cuando tomamos conciencia de algún aspecto de nosotros o de nuestro sistema familiar, no significa que desde ese momento estemos sanados y no haya más que hacer. Más bien, el momento de toma de conciencia que se vive durante una constelación es el principio de un movimiento de energía y conciencia que puede durar años. Las heridas emocionales que uno lleva desde la infancia, a veces incluso tras abusos, pueden cicatrizarse y es posible convivir con ellas, pero no hacerlas desaparecer o pensar que, porque uno ha hecho una constelación, ya no influyen en la vida. La intención de querer borrar el dolor y las experiencias traumáticas solo favorece a una sociedad hedonista y materialista que tiene todo el interés en que las personas vivan superficialmente. El alma de un individuo está formada por fosas profundas y cimas inimaginables. Las constelaciones pueden ayudar a vivir más serenamente las transformaciones del alma, siempre promoviendo la autoconsciencia. El tercer aspecto a aclarar es que las constelaciones inician un proceso de sanación, no lo agotan ni evitan el arduo y laborioso trabajo personal necesario para aquellos que desean vivir una vida auténtica, sana y espiritual.
Se puede participar en una constelación de tres formas: trayendo un tema propio, siendo elegido como representante o simplemente observando sentado en tu silla. En las tres formas de participación, se trabaja sobre uno mismo. Según el principio de la física cuántica “el observador modifica lo observado”, también se puede decir que “lo observado modifica al observador”, lo notes o no. Si una persona tiene la impresión de no haber movido nada tras participar en una sesión, debe analizar atentamente cuáles son sus motivaciones internas, que a veces no tienen nada que ver con el crecimiento espiritual. La intención cuenta más que lo que se dice con palabras. Antes de decidir participar, pregúntate: ¿cuál es mi intención, mi objetivo, mi aspiración? ¿Estoy impulsado por razones egoicas o realmente quiero conocerme a mí mismo? Si hay confusión, busca aclararla. El cuarto aspecto a aclarar es que tus motivaciones para hacer una constelación son lo que determina el resultado. Si lo haces por imitación, curiosidad o desesperación, sé consciente de ello y ajusta tu enfoque. Asume la responsabilidad del proceso de cambio.
Hay quienes siguen pensando que pueden salvar a los demás. Tal vez tienen un familiar que está en dificultades y quieren llevarlo a una constelación o piensan que a través de su constelación pueden ayudar a su familiar a sanar. En ambos casos, solo están causando daño a sí mismos y a su familiar. Quien es llevado a una constelación en contra de su voluntad y sin comprender realmente de qué se trata, sufrirá un daño profundo. La persona que lo lleva seguramente está motivada por las mejores intenciones, pero sabemos que las mejores intenciones pueden conducir al infierno. La única persona que puedes salvar eres tú mismo. La intención de participar en una constelación debe estar relacionada con la toma de conciencia de tu alma y nada más. No trates de evitar el dolor de los demás porque puede ser una forma de evitar tu propio dolor. El quinto aspecto a aclarar es que una constelación es una terapia de auto-sanación y que el único individuo involucrado eres tú. El sistema eres tú; dentro de ti está todo el universo. Concéntrate en ti mismo y olvida ese instinto de «Salvador» si quieres emprender un camino de sanación y autoconocimiento.
Finalmente, recordemos que las constelaciones, al menos tal como las presentamos en nuestro centro CoCrea, son una herramienta de crecimiento espiritual. Esto significa que durante una representación se mueven energías y ocurren tomas de conciencia, en la medida en que nos damos cuenta de que todos somos seres humanos vulnerables, unidos por el hecho de tener historias difíciles, a menudo impregnadas de traumas y abusos, y que sin la ayuda de fuerzas impersonales, no vamos a ninguna parte. Cada uno de nosotros participantes en una constelacion, debemos poner la intención, asumir la responsabilidad y tener el coraje de querer ver la realidad de frente. Los resultados de estos esfuerzos estan en manos de fuerzas más grandes, que siguen leyes que a veces no son fácilmente comprensibles por la razón humana. El sexto aspecto a aclarar es que las constelaciones son una herramienta que permite acceder a niveles profundos de nuestra alma y que los movimientos que generan siguen leyes cósmicas que escapan a la comprensión humana. Por favor, antes de participar a una constelacion lee este artículo cuantas veces sea necesario, esperamos que a través de estas palabras puedas aclarar tu intención y motivación profunda.
Estamos disponibles para responder preguntas, siempre que se hagan con respeto.
Te esperamos en nuestro centro para que experimentes personalmente lo que se menciona en estas líneas.
¡Hasta pronto!
Riccardo Cantone
2 respuestas a “Todo lo que tienes saber sobre las Constelaciones Familiares”
Considero que es una metodologia muy valiosa para la sanación espiritual
Hola Marcela, nos alegra mucho que te haya ayudado en tu camino.